jueves, 16 de septiembre de 2010
Martes- Harvard
Una de las mejores universidades del mundo y este martes hemos podido ir a visitarla. La Universidad de Harvad, en Cambridge, pueblo limítrofe con Boston a través del río Charles, es una de las más importantes y prestigiosas del mundo. Pese a su "joven" tradición, para los estándares europeos, es un centro cultural innegable. Pasear por sus avenidas, por sus parques, por los edificios que conforman este templo académico, nos hace pensar en un futuro brillante y esperanzador, un futuro de puertas abiertas que, ¿quién sabe? También podría estar abierto a nosotros mismos...
Para que no se diga: primero visitamos el museo de la Ciencia. Aquí aprendimos un montón de cosas relacionadas con la evolución, la óptica, la biología, las matemáticas o los modelos. Para empezar tres brillantes biólogas enfrentándose al enigma del cuerpo humano...
Siguiendo con las ramas más matemáticas...¿qué modelo de empaquetado es el más eficaz?
Sin dejar a un lado la creatividad en el uso de modelos para representar estructuras presentes en la naturaleza o, ¿por qué no?, en nuestra imaginación.
martes, 14 de septiembre de 2010
sábado, 11 de septiembre de 2010
Ahoy there!
Muy pocas veces tenemos oportunida de disfrutar de los animales en su entorno natural. Por fortuna, este jueves, nos hemos embarcado en una aventura que comenzó en Gloucester y que dio sus frutos a 35 millas mar adentro, para observar a un grupo de ballenas migrando hacia aguas más acogedoras. Pero dejemos que sea Paula la que nos hable un poco del viaje...
Aunque al principio sólo habíamos planeado viajar 12 millas mar adentro, las ballenas se resistían a acompañarnos así que el viaje tuvo que modificarse sobre la marcha, algo que la empresa de Whale Watching hace a menudo, para asegurarnos que pudiéramos tener el mejor día.
Tras dos horas en el mar empezamos a vislumbrar a las primeras, saludándonos desde lontananza y realizando caprichosas cabriolas que, a veces, parecían estar ensayadas. Durante una hora nos dejamos sorprender por estos magníficos especímenes antes de volver a puerto y con nuestras respectivas familias de acogida. En resumen, un viaje un tanto largo y pesado pero que merece la pena.
Aunque al principio sólo habíamos planeado viajar 12 millas mar adentro, las ballenas se resistían a acompañarnos así que el viaje tuvo que modificarse sobre la marcha, algo que la empresa de Whale Watching hace a menudo, para asegurarnos que pudiéramos tener el mejor día.
Tras dos horas en el mar empezamos a vislumbrar a las primeras, saludándonos desde lontananza y realizando caprichosas cabriolas que, a veces, parecían estar ensayadas. Durante una hora nos dejamos sorprender por estos magníficos especímenes antes de volver a puerto y con nuestras respectivas familias de acogida. En resumen, un viaje un tanto largo y pesado pero que merece la pena.
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- Anna
- High School teacher. Lasalle School. Santiago de Compostela.